
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Casi nunca tienen para comer.
A pesar de las dificultades, Roberto y Loreta se aman.
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Casi nunca tienen para comer.
A pesar de las dificultades, Roberto y Loreta se aman.
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Casi nunca tienen para comer.
A pesar de las dificultades, Roberto y Loreta se aman.
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Casi nunca tienen para comer.
A pesar de las dificultades, Roberto y Loreta se aman.
El único hijo de la familia, Jorge Ford, sufre postrado en una cama.
Fotos: ROBERTO BARRIOS
Casi nunca tienen para comer.
A pesar de las dificultades, Roberto y Loreta se aman.
Preocupado por su familia vive Roberto Mariscales Ávila, de 59 años, quien es el único que lleva el sustento al hogar, pero no tiene un trabajo estable; su esposa Loreta Ford, de 60 años, padece de diabetes desde hace tres años, lo que provoca que ella se sienta débil.
Roberto recuerda cuando hace más de tres años su amada era una “morena con tumba’o”, pues cocinaba unos deliciosos platillos, hacía todos los oficios del hogar y trataba a todos sus conocidos con amor, valor que no ha cambiado pese a su enfermedad.
A pesar de todos estos males, es admirable cómo este hombre ama a su esposa Loreta, quien tiene dificultad para hablar y movilizarse.
Esta familia tiene un hijo con discapacidad, Jorge Ford, de 24 años, quien se la pasa casi todo el día postrado en una cama, donde el calor es insoportable y por su condición no puede desplazarse, al tiempo que su madre no lo puede atender como antes, pues es difícil bañarlo.
Con ellos vive el hermano de Roberto, Serafín Mariscales, de 55 años quien padece de tuberculosis y se atiende en el Centro de Salud de Tocumen; para llegar allá caminaba, ya que no tenía para el pasaje, pero su estado de salud ha empeorado y hoy está hospitalizado en el Santo Tomás, con sus defensas por el piso. En la casa ni siquiera tiene una cama.
Esta familia necesita medicamentos y una buena alimentación, pero todo parece estar lejos de sus manos.