No los quieren allí

Verlos dormir durante el día, romper cartuchos para buscar comida y bailar de forma atrevida hasta llegar a actos inmorales es el panorama que tienen que soportar los dueños de los puestos de ventas en el mercadito de Calidonia, pues los borrachos y orates se han tomado las esquinas del lugar.

Durante la noche hasta 10 de ellos se acuestan plácidamente por todo el piso y hasta en los cubículos donde reposan los alimentos, aseguró angustiada Gabyna Moreno, quien desde hace 15 años trabaja en el Mercadito de Calidonia.

Esto tiene a los propietarios cansados, pues tienen que limpiar el doble, y usar desinfectantes por cantidades, pues han sido personas aseadas y les gusta darles calidad a sus compradores.

La situación empeora, pues las personas del malvivir han cogido los techos de sus puestos como basurero y las alimañas llegan también a visitarlos. Los microempresarios piden que las autoridades hagan rondas por los alrededores del mercadito y se los lleven a todos, ya que muchos han abandonado sus locales, molestos por este problema.