El alcohol

Redacción | DIAaDIA

Fui a una fiesta, mamá, recordé lo que me dijiste. Me dijiste que no bebiera, así que bebí refresco. Ahora la fiesta está acabando finalmente, mamá, mientras todos se alejan manejando. Cuando entré en mi automóvil supe que llegaría a casa sano. Debido a la manera que me criaste, tan responsable y dulcemente, empecé a alejarme, pero cuando llegué al camino otro automóvil no me vio y me pegó como un rayo.

Cuando estaba allí en el pavimento, oía al policía decir, el otro tipo está ebrio y ahora yo soy quien pagará. Estoy recostado aquí muriendo, mamá. Deseo que llegues aquí pronto. ¿Cómo podría pasarme esto a mí? Mi vida acaba de estallar como un globo.

Hay sangre alrededor de mí, y la mayoría es mía. Yo oigo que el médico dice que me moriré en poco tiempo, sólo quería decirte, mamá: ¡Te juro que no bebí! Eran los otros, mamá. Los otros no pensaron. Él probablemente estaba en la misma fiesta en la que yo estaba. La única diferencia es que él bebió y yo me iré. ¿Por qué se bebe tanto para luego manejar? Estoy sintiendo dolores punzantes ahora. Dolores igual que un cuchillo. El tipo que me chocó está caminando, y pienso que no es justo.

Alguien le debería haber dicho, mamá, que no bebiera y manejara. Si sólo alguien le hubiera dicho, tal vez yo estaría vivo. Me estoy asustando mucho.

Tengo una última pregunta antes de decir adiós. La pregunta es: si yo no bebí, ¿por qué soy quien muere?

Juntos podemos hacer una diferencia, así que manda esta carta a tantas personas puedas.

Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados