Moza querida, todos los días leo tu columna. No sabes cuánto he aprendido con los consejos que das a los que tenemos la vida revuelta, en muchos casos a voluntad propia.
Te cuento que necesito uno de esos sabios consejos que siempre das. Tengo un matrimonio de casi 20 años y una hija de catorce, ya casi llego a los 40. Mi esposo y yo hemos estado separados en 5 ocasiones, hoy aún seguimos separados, desde el 2003. Ambos decidimos que ya era mejor que cada uno siguiera por su propio camino. Hace poco, descubrí que tiene otra mujer, pensé que me iba a alegrar mucho cuando esto sucediera; pero no, ahora siento que me ahogo y tengo la gran urgencia de correr a su lado y decirle que aún siento algo por él y que lo volvamos a intentar. ¿Crees que sea masoquismo?
Sigue con tu vida
Amiga, a estas alturas de la vida, muchas son las cosas que han cambiado. Ser una mujer divorciada no es una cruz, es más, a veces puede llegar a ser un atractivo.
Si tu esposo ha decidido empezar otra relación, déjalo y punto. Ya con cuarenta años, no debes comportarte como una adolescente que se obsesiona con el muchacho que le gusta, olvídate de eso.
A lo mejor crees que por tu edad ya tu vida se acabó y que no volverás a encontrar el amor, te equivocas.
Tal vez esto ha sucedido para que disfrutes de muchas cosas que no hiciste cuando estabas más joven, porque vieja no estás. Sal con tus amigas, ve a discotecas, entre otras cosas.
Eso sí, en caso tal de que encuentres a un prospecto que te baje la luna, el sol y las estrellas, piensa bien antes de actuar, pues no eres sola, tu hija también cuenta en cada una de las decisiones que tomes.
Otro detalle que no puedes obviar, es que tal vez tu hija necesite de tu apoyo, ya que las constantes separaciones quizás hayan afectado su autoestima.
Amiga, sigue con tu vida y olvídate del fulano, eso sí, aunque tenga otra mujer y demás, siempre será el padre de tu hija, así que no trates de separarlos.
¡Suerte!
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