Un pueblo que se llamaba esperanza estaba siendo consumido por la oscuridad, por el hechizo de un malvado mago que al odiar la esperanza lo había condenado a la oscuridad. El rey al ver que su pueblo esperanza estaba a punto de convertirse en tinieblas convocó a los 3 hombres más jóvenes y fuertes del pueblo para que fueran hasta donde estaba el malvado mago, lo combatieran y destruir las oscuridad que estaba consumiendo a esperanza.
Los 3 hombres que se presentaron fueron: un ciego, un científico y un imprudente. Cada uno debía escoger un camino.
El primer camino se llamaba fracaso y era el más corto hacia donde vivía el mago, el segundo fe y era el más largo, por último estaba el camino realidad y era 3 veces más largo que el camino fracaso y 44 veces más corto que el camino fe.
El joven imprudente tomó el camino fracaso, el científico el de la realidad y el ciego tomó el camino de la fe.
El imprudente llegó a donde el malvado mago, combatió con él por una semana y vio que era fuerte y desistió.
Al mes llegó el científico luchó con el mago, pero pasado un mes vio que el mago era muy fuerte y cayó derrotado.
Pasado un año llegó el ciego que había escogido el camino de la fe y retó al mago a combatir, el mago atacó al ciego mostrándole la realidad de su vida, pero como no pudo verlo siguió luchando y el mago quedó sin poderes cayó rendido.
El ciego llegó triunfante y el rey le preguntó cómo había podido vencer al mago.
El ciego le respondió: hay que perseverar, porque con la fe se alcanza lo que no se puede ni con la realidad ni el fracaso.