La atracción del Super Bowl

Después de recibir duras críticas por hacer “playback” en la investidura de Obama, la noche del domingo, Beyoncé se echó al bolsillo a más de 100 millones de espectadores en la fiesta del partido de la Super Bowl.

Vestida con su uniforme de cuero, melena suelta y tacones, apostó por los mejores éxitos cosechados durante su carrera. Arrancó con “Love on Top” y “Crazy in Love”, rodeada de una banda compuesta únicamente por mujeres y un elenco de bailarinas para dibujar cada una de sus coreografías.

El “half-time show”, como se conoce al concierto del descanso, también deleitó a los seguidores de Beyoncé con la rumoreada reunión del grupo que le lanzó a la fama, Destiny’s Child.

El último acto, ya en solitario, y con el Superdome de Nueva Orleans teñido de azul, Beyoncé entonó su himno ‘Halo’ para cerrar un espectáculo eléctrico de música y baile, luces y fuego. La cantante estadounidense, capaz de agotar entradas de conciertos en apenas unos minutos y de movilizar a millones de “fans” en la red, se une así a la larga lista de estrellas como Madonna, Bruce Springsteen, Prince, Ella Fitzgerald o The Rolling Stones, que han hecho historia con sus conciertos en el intermedio de la competición deportiva con más espectadores de la televisión estadounidense.

Por su parte, la cantante Alicia Keys fue la encargada de interpretar el himno nacional estadounidense antes del inicio del Super Bowl XLVII entre los Ravens de Baltimore y los 49ers de San Francisco.