Juegan con su vida

Piénselo dos veces antes de inyectarse. Por falta de conocimiento y por verse con una desarrollada musculatura y abdomen perfecto, jóvenes y adultos recurren al uso de inyecciones con hormonas, sin saber que su vida está en riesgo, ya que entre los daños colaterales que estas sustancias pueden ocasionar están la alta impotencia sexual, reducción de la cantidad de espermatozoides que produce el hombre, paro cardiaco, y la última y más importante: la muerte.

De esto da fe el entrenador del gimnasio Majestic Power, Jovanni Córdoba, quien asegura que a veces los jóvenes, por ver al amiguito con el cuerpo grande, se dejan llevar por personas que aprovechan la oportunidad para hacer daño, con el afán de obtener dinero. Narró que un conocido, una tarde, utilizó una sustancia que le recomendaron, pero era más bien la sustancia que se le pone al ganado para acelerar su crecimiento; cuando llegó la noche, el joven se fue a una discoteca, se tomó una bebida energizante y eso fue todo para él, murió enseguida debido a un paro cardiaco.

Recomienda lo natural

En un gimnasio de la localidad, DIAaDIA abordó a Louis Landry, de 25 años, quien tiene un cuerpo escultural. Él asegura que no necesita ponerse ningún tipo de inyecciones, solo es cuestión de una alimentación saludable, caminatas y levantar pesas. “Mi mensaje a los jóvenes sería que le metan fuerzas al deporte, que es lo mejor que hay, y también ir tres veces a la semana al gimnasio”, dijo el joven.

Son mortales

Por su parte, el doctor Milton Rafael Alvear, médico fisiólogo, explicó que entre las sustancias usadas por algunos jóvenes está la llamada Ganabol, que es un esteroide derivado de la testosterona, el cual es utilizado en los caballos, vacas y perros para regular su peso corporal.

Según Alvear, estas sustancias no son para el consumo humano, ya que pueden perjudicar la salud. Aseveró que Panamá no está aislado de el uso de estas hormonas y aunque su venta para el uso humano está prohibida, hay quienes arriesgan su vida utilizándolas.