Cuatro cuarteles están cerrados por falta de carros y otro a punto de ser clausurado, lo que pone en aprietos a los bomberos. (Foto: Erick Barrios / EPASA)
Jesús Simmons
| DIAaDIA
"Que Dios nos agarre confesados". Así respondió el mayor Esteban Mesina, jefe ejecutivo de la Guardia Permanente del Cuerpo de Bomberos de Panamá (CBP), al preguntarle si tenían capacidad de respuesta en caso de registrarse un gran incendio en la capital.
Un recorrido realizado por DIAaDIA al cuartel Juan Antonio Guizado, ubicado en Plaza Amador, dejó en evidencia las preocupaciones de los camisas rojas, pues el lugar es un cementerio de chatarras.
La situación del CBP es tan grave, al punto que en estos momentos los cuarteles de Betania, Clayton, Plaza Amador y Howard están cerrados por falta de camiones y el de Corozal está por cerrar, dijo Mesina.
Advirtió que tan mal están que los bomberos del cuartel Ricardo Arango, para atender una emergencia que se dio el miércoles, tuvieron que irse en carros particulares y llevar extintores.
En su desánimo, los camisas rojas manifestaron que "el Gobierno piensa que Dios es panameño", pues las ocho ambulancias que tienen todas están dañadas.
Aunque parezca un chiste, el carro que utilizan en la isla de Taboga para apagar los incendios y atender cualquier emergencia, es un panel viejo que no reúne ninguna medida de seguridad y está en la capital para pintarlo.
A falta de recursos, el ingenio y el talento es lo único con lo que cuentan los bomberos, pues para soltar el abanico del radiador de los camiones, inventaron una llave con un pedazo de platina.
Además, tienen que usar sus propias herramientas, porque el CBP no tiene.
EQUIPOS
Mesina dijo que ya están por llegar 100 equipos nuevos para 300 bomberos de la Guardia Permanente.