"Todo el odio del mundo cabe en una bala". Héctor Collado

¿Cuántas balas se necesitan para desahogar tanto odio que nos rodea y agobia? ¿Una o millones de ellas? ¿Qué puede parar esta avalancha de rencores? Nunca falta una bomba que despeine la paz mundial. Y eso que la ciencia ha abordado casi la totalidad de los problemas humanos conocidos. Hasta ha resuelto muchos. Pero no ha bastado. ¿Por qué?

¿Entonces qué? ¿Será que el odio es parte del genoma humano o es que no toda la gente es persona humana? Es tentador responder que no todos los homo sapiens no son seres humanos. Sobre todo después de leer los encabezados de los diarios. Tanto criminal y periodista morboso. Pero me resisto a ello. Me cuesta creer que la bestialidad es algo inevitable. Hay muchas teorías. Pero mi simpleza siempre me obliga a...simplificar las cosas, por supuesto.

¿Cómo aparece el odio? Llevamos milenios de años escuchando que al odio se opone el amor. ¿Estará esta receta equivocada? ¿No será que el amor sólo crece donde hay justicia? ¿Es el odio el producto de una injusticia? Nada más pensemos en los jóvenes sin futuro ni esperanzas de cualquier punto del planeta. ¿Serán capaces de odiar y enseñar a sus hijos a odiar? ¿Y los que le robaron el mañana? ¿Serán capaces de odiar y enseñar a sus hijos a odiar con tal de satisfacer sus más agudas ambiciones?

Me parece que donde un habitante de un terruño cualquiera sienta que ese pedazo de tierra no es su casa, el odio tiene abonado el terreno para crecer. Igual cuando la avaricia convence a un fulano de que vale la pena odiar con tal de adueñarse de la Tierra. Y no habrá receta que nos salve, ya que las balas no serán suficientes. ¿Entonces qué? ¿Hacemos algo para que cada cual se sienta en su casa o nos dedicamos a fabricar balas?