Verdad tras la risa
Payasitas.

Yodalis Bethancourt | DIAaDIA

Aunque siempre se les ve reír, muchas veces las cosas no andan bien, pero como quien dice, el amor por la procesión se lleva dentro. Esa es la historia de las payasitas: "Pestañita" y "Colorina", oriundas de Aguadulce y Chiriquí, respectivamente.

Ambas se dedican a pintar las caritas de las niñas y a animar fiestas. Van de feria en feria, tratando de ganarse unos cuantos reales para mantener a sus familias, pintando las caritas de las niñas.

"Pestañita" tiene dos niños y su esposo fue quien la metió a este mundo, ya que él también es payaso, aunque cada uno hace lo suyo individualmente.

Con este trabajo, "Colorina" ayudaba a su madre que hasta hace 3 meses murió y como no ha tenido hijos, ella dice que llena ese vacío con los niños que trata diariamente en su andar.

Lamentablemente, no todo es color de rosa y a estas dos payasitas les cuesta mucho el trabajo que realizan, pues en las ferias que van pagan de B/.5.00 a B/.7.00 diarios y el trato que se les da no es el mejor.

Al parecer, hay discriminación con las payasitas, ya que a los fotógrafos y a los que venden rosas sólo les cobran B/.3.00 diarios.

Las payasitas dicen que en la Feria Internacional de Chiriquí ni siquiera les permiten participar y si lo quieren hacer deben pagar la suma de B/.150.00.

Estas jovencitas duermen sobre cartones los días que dure la feria.

Ellas sólo cobran B/.1.00 por pintar las caritas de las niñas, pero el material no es barato y el que ellas usan en sus caras es especial.

En medio de su descontento, Pestañita y Colorina tratan de ganarse la vida honradamente para ayudar a su familia.

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