Desde las cuatro de la madrugada, Don Modesto Cisneros Ortega llega a su lugar de trabajo, un kiosco rojo de dos ruedas que está ubicado en una esquina, situada frente a Maternidad del Hospital Santo Tomás, donde vende rodajas de toda clase de frutas frescas, como melón, piña, sandía, papaya, naranjas, entre otras.
"La situación económica está muy dura, no hay trabajo y con mi edad es difícil conseguir algo, y tenía que buscar qué hacer para el sustento diario de la casa", cuenta Cisneros, quien tuvo 5 años en busca de un trabajo fijo. "Antes trabajaba en construcciones, pero con mi edad tuve que buscar qué hacer. A veces limpiaba lotes, mis amigos me llamaban para hacer cualquier trabajito, pero pasaban semanas sin hacer nada", agregó.
Tras esto, Don Modesto decidió entrar al negocio de las frutas, gracias a un conocido, y aquí tiene dos años.
Al final del día, su ganancia es entre 10 y 15 dólares. Aunque no es mucho, esto le alcanza para mantener a su familia, que hoy día son su esposa y su hija que está en la universidad y es a la última que tiene que sacar adelante, pues sus otros 7 hijos ya tienen su vida hecha.
"Aquí he conocido mucha gente, he hecho bastantes amistades, ya tengo mis clientes fijos. Termino a las 2 de la tarde, satisfecho de mi labor", dijo.
Don Modesto es un ejemplo de superación, que a pesar de las adversidades continúa adelante para mantener a su familia y darle lo mejor. "En Panamá aún hay manera de conseguir trabajo, sólo hay que buscar, no hay que dejarse vencer; si hay que trabajar tirando machete, se hace; si hay que limpiar zapatos, se hace, pero siempre se consigue algo que hacer", acotó.
Modesto Cisneros recomendó a aquellos panameños que no consiguen trabajo, que "no deben perder las esperanzas, que eso es lo último que se pierde".
FRUTAS BARATAS
Si usted está cerca del Santo Tomás, vaya donde Don Modesto, encontrará frutas a 25 centavos.
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