Parece fácil unirse a un programa y convertirse en voluntario, pero cuando te entregas en cuerpo y alma la historia es distinta. Ella tiene 25 años y en lugar de tener como prioridad la diversión, procura ayudar a sus semejantes.
Venus Gómez reside en el sector El Águila de Curundú y es la encargada de enseñarle a leer y a escribir, a un grupo de niños y adultos.
Actualmente, Venus no trabaja, sólo recibe una pequeña ayuda del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), ente encargado de este programa; sin embargo, eso no es motivo para desanimarse. Lo que más la llena de satisfacción es que las personas adultas cuando vayan a trabajar no tengan que poner un sello sino que puedan escribir su nombre, así lo confesó.
UN MOTOR POSITIVO DE CURUNDU
Cuenta Venus que ella siempre había incentivado a los más pequeños, pero nunca lo había hecho con los adultos. La tarea no ha sido sencilla. Ella explicó que tiene que buscar a sus estudiante todos los días y mientras ellos pasan dos horas aprendiendo, podrían estar buscando algo para comer. Acotó que ella entiende que la mayoría de sus estudiantes a veces no tienen para desayunar o incluso para vestirse, de modo que tiene que buscar la manera de incentivarlos.
Son siete semanas de clases, tiempo que dura el proyecto, por día son dos horas de instrucción. A veces, los estudiantes de Venus no pueden asistir a las clases, así que van en horas de la tarde.
GRAN SATISFACCION
Esta joven no sólo se llena de satisfacción por ayudar a sus vecinos, sino también a sus familiares, ya que dentro de sus estudiantes está su padrastro.
Venus es una chica con muchas ilusiones. Eso se denota en su mirada, un tanto opaca, tal vez por los golpes de la vida. No obstante, esperan una mejor oportunidad para brillar en todo su esplendor.
EL MAYOR
Venus tiene estudiantes de varias edades, el mayor de ellos tiene 57 años, y según su maestra ha avanzado muy bien.