Carlos Garnett compartió sus conocimientos con becarios de la Fundación Danilo Pérez. (Foto: Agustín Herrera / EPASA)
Rosalina Orocú Mojica
| DIAaDIA
La velada cultural estaba programada para empezar a las siete.
Comenzó a lloviznar. Hubo lamentos, ruegos de que no siguiera lloviendo. Era una nube. El viento se llevó las finas gotas de lluvia en un viaje a no sé donde.
A los 15 minutos, la lluvia se presentó otra vez e hizo a todos salir presurosos a guarecerse. Fue asunto de 15 ó 20 minutos.
Entonces se acomodaron en sus puestos, en petates, y pedazos de cartón, para empezar, con una luna en cuarto creciente, a deleitarse. Nuevamente empieza a lloviznar. Pero, el público se queda en sus puestos, cubriéndose del agua como podía. Los que se retiran del escenario son los miembros del Quinteto Vivace, que debería abrir el espectáculo musical popular de la Temporada de Verano del INAC.
Entonces, chicos y grandes se miran unos a otros en sus asientos. Con distintos comentarios, el público insta a los artistas a presentarse.
Comienza el público a aplaudir para pedirles que vuelvan al escenario y comiencen. Llamado que halla eco.
Hora y media después de lo planeado fue que pudo el público disfrutar de la Noche Popular. Valió la pena la espera.
Poco a poco, el tiempo dio el brazo a torcer.
El Quinteto Vivace, Carlos Garnett, Nina Campines, Yomira John y otros grandes artistas, pusieron a chicos y grandes a cantar, dar palmas para seguir el ritmo y hasta bailar.
Fue Nina Campines la que puso a la gente a mover el esqueleto.
Se escuchó música de compositores de Venezuela, México y Panamá.
La lluvia, ¡gracias a Dios!, le dio paso a la jornada artística.