Los años han pasado, la fama y la gloria han sido parte de su carrera en las Grandes Ligas, pero esto no ha evitado que ponga los pies sobre la tierra.
Por el contrario, recalca en cada instante, con mucho orgullo, de donde viene y cuáles fueron los sacrificios de sus padres y de él para convertirse en el mejor relevista de las mayores.
Gran parte de la grandeza del cerrador panameño Mariano Rivera es su trayectoria en las Grandes Ligas. Este conversó con ESPNDeportes.com luego de una jornada evangélica que realizó en la ciudad de La Romana, Santo Domingo, República Dominicana, donde recordó su difícil infancia.
"Todo lo que ha ocurrido en mi vida no es casual, nada fortuito, que viniendo de aquella humilde familia que tenía que lanzarse al mar para comer cada día, luego tuviera la oportunidad de darle alegría a mi pueblo, pero mejor aún, que pueda predicarle al mundo un evangelio de felicidad y salvación", expresó con orgullo el originario de Puerto Caimito.
El inicio de su carrera no fue común, ya que se convirtió en profesional a una edad en la que los jugadores son considerados viejos.
"Cuando estamos en manos de Dios, todo es bendiciones... yo quise jugar pelota desde los 6 años en mi pueblo, pero era tan pobre que no podía, no había tiempo para otra cosa que tratar de arrebatarle la comida al mar junto a mi padres, eran pescadores", añadió. "Así llegué hasta los 18, comparado con los muchachos de ahora ya yo estaba viejo para jugar. A los 19 fue cuando fui firmado para el béisbol profesional".
Durante su trayectoria sólo ha demostrado eficacia y dominio de su contrarios, hasta ubicarse en la segunda posición de todos los tiempos con 559 salvados, sólo atrás de Trevor Hoffman, quien se retiró con 601.
"Todos mis logros se los debo a Él... La clave del éxito que he obtenido en mi carrera profesional se la debo a Dios", concluye Mariano, quien fue declarado como "visitante distinguido" por el alcalde Tony Adames, de la ciudad de La Romana.
INVITADO DE LUJO
Mariano fue declarado "visitante distinguido" por el alcalde Tony Adames, de la ciudad de La Romana y el pastor Ezequiel Molina, quienes sirvieron de coordinadores del encuentro pastoral.