En Panamá hay unos 200 rastafari. - Foto: BRENDA DUCREUX
Ayer en las calles de la ciudad, el tema era el juego de Panamá vs. Costa Rica, pero para los rastafari era el día en que nació el más grande exponente del reggae jamaiquino, Bob Marley, cantante que aunque falleció hace años, para ellos, su música sigue viviendo.
La emoción llegó hasta la cárcel La Joya, ya que para Miguel Denis Palacio, quien lleva 22 meses internado, esta fecha no pasó desapercibida. “Bueno, siendo un conocedor del género reggae roots, considero que debe ser una tradición en Panamá la celebración del cumpleaños del rey del reggae roots, su música da paz a nuestros corazones”, destacó.
Mientras tanto, Reynaldo Paul, presidente de la Alianza Rastafari, aprovechó para expresar su descontento, pues considera que ellos son una organización con personería jurídica hace más de 30 años. Se refirió a que hay algunos promotores de reggae que ni siquiera tienen conocimiento de cuándo empezó la cultura rasta en Panamá y sacan provecho de su popularidad para lucrarse con la música y no aportan nada a la comunidad. “La Alianza Rastafari tiene un gran trabajo con la sociedad y con su pueblo de la etnia negra, no es algo motivo de burla y relajo”, aseveró.
Reglas de los rasta
Como en toda cultura, en la rasta hay ciertas normas que se deben seguir y hacerse cumplir, entre ellas proteger al infante y darle comida a los hambrientos.
Discriminación
Reynaldo considera que en Panamá muchas veces los discriminan y lamentó no recibir el apoyo de parte de las autoridades, lo que ha impedido construir un templo en donde toda la cultura rasta pueda rendirle homenaje a Bob Marley. También quiere crear un comedor para los niños, entre otros proyectos que hasta el sol de hoy no han podido lograr, ya que solo se han quedado escritas en unas hojas de papel.