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Los recientes asesinatos de dos mujeres en el Corredor Sur, son un grito de alerta para las autoridades, tanto para los estamentos de seguridad del Estado como para las compañías encargadas de la seguridad en los corredores. Lo cierto también es que quienes cometieron este cruel asesinato tienen que pagar, porque la vida de dos indefensas mujeres fue cegada, y con ella, la de un pequeño, que ansioso venía al mundo. Sólo queda pedir todo el peso de la ley para los criminales, que por dinero acabaron con las ilusiones de dos madres.
Los recientes asesinatos de dos mujeres en el Corredor Sur, son un grito de alerta para las autoridades, tanto para los estamentos de seguridad del Estado como para las compañías encargadas de la seguridad en los corredores. Lo cierto también es que quienes cometieron este cruel asesinato tienen que pagar, porque la vida de dos indefensas mujeres fue cegada, y con ella, la de un pequeño, que ansioso venía al mundo. Sólo queda pedir todo el peso de la ley para los criminales, que por dinero acabaron con las ilusiones de dos madres.
Los recientes asesinatos de dos mujeres en el Corredor Sur, son un grito de alerta para las autoridades, tanto para los estamentos de seguridad del Estado como para las compañías encargadas de la seguridad en los corredores. Lo cierto también es que quienes cometieron este cruel asesinato tienen que pagar, porque la vida de dos indefensas mujeres fue cegada, y con ella, la de un pequeño, que ansioso venía al mundo. Sólo queda pedir todo el peso de la ley para los criminales, que por dinero acabaron con las ilusiones de dos madres.
Los recientes asesinatos de dos mujeres en el Corredor Sur, son un grito de alerta para las autoridades, tanto para los estamentos de seguridad del Estado como para las compañías encargadas de la seguridad en los corredores. Lo cierto también es que quienes cometieron este cruel asesinato tienen que pagar, porque la vida de dos indefensas mujeres fue cegada, y con ella, la de un pequeño, que ansioso venía al mundo. Sólo queda pedir todo el peso de la ley para los criminales, que por dinero acabaron con las ilusiones de dos madres.
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