Uno fue suficiente.
Andrés Iniesta salvó con su arte el compromiso amistoso ante Inglaterra en un estadio mítico, que se aburrió con casi todo lo que vio, salvo la genialidad de un futbolista que debe asumir en breve el mando del equipo de Luis Aragonés.
Iniesta, desde fuera del área, clavó el balón en la escuadra de Foster al minuto 63.
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