El presidente de Brasil, Luiz Lula da Silva, culpó a los países ricos por el calentamiento global y dijo que deberían dejar de decirle a su país qué hacer con la selva amazónica.

Según el mandatario, los países ricos ya habían destruido sus propias selvas y deberían ahora reducir las altas emisiones de gases de efecto invernadero.