Piensa en todas las cosas que has tocado hoy -desde el teléfono hasta el inodoro de tu casa. Tal vez te hayas sonado la nariz y hayas jugado con tu perro. Independientemente de lo que hayas hecho, seguro que has entrado en contacto con gérmenes. De modo que es muy fácil que los gérmenes que tienes en la mano acaben dentro de tu boca (tal vez cuando devores a toda prisa una bolsa de palomitas de maíz con tus compañeros de equipo tras el partido de fútbol).
Lavándote frecuentemente las manos de forma correcta te quitarás de encima cualquier germen -como las bacterias y los virus- independientemente de que proceda de otra persona, de aguas, superficies o alimentos contaminados, de animales o de residuos de origen animal.
LAVARSE LAS MANOS CORRECTAMENTE
Utiliza agua tibia (ni fría ni caliente).
Utiliza el jabón que más te guste. Los jabones antibacterianos están de moda, pero el jabón normal y corriente tambien sirve. Si sospechas que tus manos han entrado en contacto con alguien que tenía una infección, piensa en utilizar un antiséptico para manos que contenga alcohol.
Frótate las manos enérgicamente entre sí y no te dejes ningún rincón sin frotar: frótate los lados de ambas manos, las muñecas, entre los dedos y alrededor de las uñas. Lávatelas durante unos 15 segundos
Para que no se te reseque o agriete la piel, utiliza jabón suave y agua tibia; asimismo, en vez de restregarte la toalla contra la piel, sécate a toquecitos y aplícate abundante crema hidratante al acabar.
Cuando no dispongas de agua o jabón, una buena alternativa son los jabones sin agua de manos y otros dispositivos de limpieza que no requieren agua. Suelen venir en forma de líquido, "gel", paños o toallitas, y se suelen vender en formato de viaje, que es perfecto para llevar en la cartera del colegio, el bolso, el coche o la bolsa de deporte, o para guardarlos en una taquilla.
Recuerda que lavarse las manos correcta y frecuentemente es la clave para no contagiarse de muchas infecciones comunes.