Regularmente, los niños suelen ser muy inquietos y en sus juegos tienden a golpearse y hacerse chichones.
Para atenuar el chichón de un niño, humedezca unos guantes de cocina. Uno de ellos se lo pone sobre el golpe, mientras mete el otro en el congelador.
Al cabo de un par de minutos los cambia, es decir, le pone al pequeño el guante frío sobre el chichón y el otro lo pone a enfriar. Repita varias veces.
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