El papa Juan Pablo II, de 84 años, cumple una semana de hospitalización en el Policlínico Gemelli, de Roma, a la espera de que sea dado de alta en los próximos días, posiblemente el sábado, y ajeno a la polémica desatada sobre una eventual renuncia al papado por motivos de salud.
El Pontífice, según informaron fuentes vaticanas, pasó la noche tranquila y, por la mañana, como es habitual desde que ingresó en el "Gemelli" la noche del 1 de febrero, celebró misa en la habitación que ocupa en la décima planta del centro sanitario romano, al que considera su "tercera casa".
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