Mientras muchos se divertían en estos cuatro días de fiestas paganas del dios Momo, con derroche de alegría, poncheras, demencias y guaro, otros hacían lo contrario: un acercamiento al Señor Todopoderoso o la cultivación espiritual.
La Iglesia Adventista de Panamá congregó a miles de personas de todos los confines de la geografía nacional, en un retiro espiritual familiar en estos cuatro días de Carnaval. El lugar escogido fue un campo de la provincia, distinguido por tener hermosos parajes naturales, en donde el ser humano puede tener un contacto verdadero con la naturaleza y tiempo para meditar sobre las buenas cosas que debe hacer para que su vida sea productiva. Es el campamento de Churubé en el distrito de Natá.
La mayoría de estos jóvenes son un ejemplo de que es fácil divertirse de una manera sana, sin necesidad de estar entre el jolgorio, la perdición de los valores, ni bajo los efectos del alcohol.
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