Los cajones de las bocinas de los carros son aceptados en las casas de empeño. (Foto: ALEJANDRO MEJÍA / EPASA)
Jesús Simmons
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Menos quedarse en tierra. Esta es la consigna de muchos panameños que les gusta viajar al interior del país a gozar los cuatro días que duran las fiestas del rey Momo.
Para no faltar a su encuentro con la farsa, la gente que no tiene dinero para gastar en los Carnavales, no duda en empeñar lo que sea.
Aunque parezca increíble, en la Casa de Empeño San Ramón, ubicada en la avenida Justo Arosemena, los empleados contaron que una vez un motorizado fue a empeñar la moto que usaba para repartir pizzas, de un reconocido restaurante de la ciudad.
Otra de las cosas que empeña la gente y que parecen jocosas son los dientes de oro, lo que indica que sus dueños no dudaron en sacarse esas piezas de su boca para dejarlas en las básculas de las casas de empeño. Pero eso no es todo, pues otros osados han llegado a consultar a los trabajadores del empeño si pueden darles algo por sus carros y casas. Hay otros que hacen compras en mueblerías al crédito y de inmediato pasan a las casas de empeño a dejar el artículo que acaban de comprar.
La fiebre es tan grande por estar con Momo, que las personas insisten en las casas de empeño que les den algo de dinero hasta por las tostadoras, licuadoras y hasta las cédulas de identidad personal. Pero este trueque no es tan rentable, porque en la casa de empeños Más Me Dan, la encargada Ana T., dijo que por una nevera pagaban B/25.00, por un DVD Sankey B/5.00 y por una lavadora B/20.00.
Agregó que desde el jueves ya empieza a verse el movimiento de personas que se acercan a estos locales con toda clase de artefactos eléctricos y prendas de oro.
Otra de las curiosidades es que algunas personas prefieren empeñar sus pertenencias, porque sienten que van a estar más seguras y lejos del alcance de los ladrones.
FACTURAS
Las casas de empeño exigen a los propietarios la factura de compra de los artículos que van a empeñar.