¿Somos felices?
Se supone que hemos nacido para ser felices. Esa es nuestra vocación esencial, y en estos tecnológicos tiempos es prácticamente obligatorio serlo.
Siga estos consejos al pie de la letra, tan fundamentalistamente como el más fiero de los talibanes. Y, téngalo por cierto, usted será la más feliz de las personas, por lo menos eso es lo que nos dice la televisión. Algo tiene que decirnos el mágico conocimiento que se acumula, al estar expuesto a cientos de horas de publicidad. Y el primer consejo, fundamental para la felicidad de nuestros tiempos, es que nunca hay que desconfiar de lo dicho en la televisión. Aunque se trate de un político, si sale en el televisor, algo de cierto habrá en lo que dice. Es un detalle coyuntural el que sea de oposición o gobiernista.
También hay que mantener siempre el crédito abierto. Si para ello, tiene que usar su tarjeta crediticia en comprar patines especiales para el hielo, hágalo sin dudar.
No importa si lo más cerca que usted pueda estar de un cuerpo de agua congelada es al beber un vaso de refresco o ron en las rocas.
Si se le ocurre hacer la compra de algún novedoso artefacto, algo como un reloj de pulso que funcione con luz solar, asegúrese de no ser el último en adquirirlo. No podría impresionar a nadie y sólo le quedaría caminar por la calle, orientando su brazo hacia el sol.
Preguntar y preguntarse... ¡no! Ese tipo de comportamiento conduce a la profundidad y eso es aburrido. Nada hay tan fuera de lugar como lanzar a la atmósfera la siguiente interpelación: ¿Por qué si los estados se están modernizando, hay tanta población relegada a la prehistoria?
Por el contrario, opine sobre cualquier tema, no hay mayor diferencia. Siempre opine. No tema pasar como ignorante, lo más probable es que sus conversaciones sean con mitómanos o eruditos que no tienen el menor interés en ilustrarlo. Si va a leer bastante, que sea del "chateo".
Y, sobre todo, piense y haga lo que le dé la gana, siempre y cuando piense y haga lo que todos esperan que usted piense y haga. Siempre piense y haga lo que todos piensan y hacen.
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