El doctor del fútbol
Engin Mitre en pleno entrenamiento antes de partir hacia El Salvador. (Foto: Gonzalo Bocanegra / Alcides Rodríguez)

Vielka Cádiz Franco | DIAaDIA

Jugar fútbol, sobresalir dentro del equipo con el cual se juega y ser llamado a una selección e integrarla no es cosa que se logre de forma fácil.

Al contrario, hay que esforzarse y sacrificarse mucho para conseguirlo. Más aún cuando se tiene familia y otros objetivos relevantes en la vida.

Alguien que puede dar fe de eso es el mediocampista del club Plaza Amador y de la Selección Nacional, Engin Mitre.

El chico de 25 años que ya tiene en su corta carrera futbolística un subcampeonato en Copa de Oro, afronta en estos días dos grandes e importantísimos retos en su vida. Uno en el ámbito personal y el otro en el deportivo.

Y es que en estos instantes, Engin se encuentra en la etapa final de sus estudios en medicina y, paralelamente se apresta junto a otros 19 seleccionados, a iniciar una difícil batalla en El Salvador que tiene como fin conquistar por primera vez la codiciada Copa de Naciones de la Unión Centroamericana de Fútbol.

El camino para llegar allá no fue nada fácil, porque mientras jugaba y se entrenaba fuerte para ganarse un puesto dentro de la escuadra tricolor, también estudiaba y realizaba la reglamentaria práctica profesional en el Hospital Santo Tomás.

Esa apretada agenda, no le permitía al volante residente en Parque Lefevre realizar otras cosas que los demás sí podían efectuar. Mientras el resto descansaba después de los exigentes entrenamientos, él tenía que trasladarse hacia la universidad o el hospital, ya que en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera le alcanzaba el tiempo para hacer una leve visita a su casa.

Engin contó a DIAaDIA que "gracias a Dios", el decano de la Facultad de Medicina, Jorge Mejía, le ajustó el horario para que él pudiera cumplir con sus compromisos con la selección.

De esta forma se presentaba a la 8: 30 a.m. a entrenar y luego a la 1: 00 p.m. se trasladaba a la universidad. Posteriormente regresaba a las 4: 30 p.m. a entrenar y a la 7: 00 p.m. acudía a laborar en la práctica profesional hasta las 10: 30 p.m.

En este momento, el futbolista se prepara para comenzar la ardua disputa por la Copa de Naciones. En su mente sólo permanecerá ese deseo de ganar cada partido y cantar victoria para Panamá. Pero, mientras esto ocurra sus compañeros de clases estarán sentados en una banca tratando de obtener una A, B o C que les permita alcanzar ese gran anhelo de llegar a ser médico, porque a partir del 12 de febrero y hasta el 2 de marzo tendrán que realizar los exámenes en obstetricia, cirugía, radiología, terapéutica, neurocirugía, geriatría y urgencias.

Luego de finalizada la competencia de Panamá en el país cuscatleco, Engin tendrá que hacer frente a esta otra exigente responsabilidad.

Aunado a ello, tendrá que cumplir con su roll de hombre casado y con un hijo, pues según contó él mismo, en todo este ir y venir, muy poco ha sido el tiempo que le ha dedicado a su novel familia, misma que formó el 9 de agosto de 2005, cuando decidió contraer nupcias con Evelyn Castillo, una joven oficinista que lo ha sabido apoyar y comprender junto a su hijo de apenas un año Engin Alexandre Mitre.

Cabe señalar que Engin tuvo la oportunidad de participar en la justa que se realizó en el 2005 en Guatemala, pero lamentablemente y para tristeza de ellos y del resto de los panameños, por octava ocasión regresaron con las manos vacías.

Ahora, tanto él como sus compañeros, quieren borrar de la mente y dejar en el pasado esos oscuros capítulos, para comenzar a escribir una historia nueva, plagada de éxitos y que los lleve a la gloria.

METAS

Engin espera este año poder clasificar a la Copa de Oro y también obtener su título de médico.

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