Los testimonios de fe y las historias de curación y agradecimiento, por los milagros concedidos por Jesús Nazareno, son contadas por peregrinos que llegan a Atalaya. La fiesta religiosa concluye hoy con una procesión y eucaristía en la basílica menor de ese distrito, donde se estima que han llegado a visitar al Cristo, unas 300 mil personas, desde el lunes de Carnaval.
Sthanford Smith es uno de los peregrinos que se da cita en Atalaya. Él viaja todos los años desde Bocas del Toro y durante una semana permanece en el lugar, para escuchar la palabra de Dios, como parte de la manda que paga. Esto lo hace desde que sufriera un accidente, después del cual, según él, eran pocas las esperanzas de vida.
Smith, de 56 años, narró que hace más de 20 años perdió una de sus piernas al caerse de una palmera, y como sus órganos internos sufrieron por el impacto, los médicos le daban pocas posibilidades de vida.
En su sufrimiento pidió misericordia y perdón a Dios, para poderse recuperar sin importar las condiciones en que quedara. Pero perdió la pierna derecha, y luego de su sanación física y cambio de actitud, viene todos los años a agradecerle el milagro al Nazareno.
Sthanford dijo que antes del accidente era una persona que no atendía a las cosas de Dios, pero ahora dedica tiempo para orar y pedir perdón al Señor por no acordarse de siempre de Él.
Hay muchos testimonios increíbles en Atalaya, personas enfermas han declarado que su única esperanza fue encomendarse al Cristo Jesús Nazareno de Atalaya y desde ese entonces cuentan los milagros, por lo que en agradecimiento caminan todos los domingos de Cuaresma por el favor concedido.
COMO LLEGó
Existen varias versiones sobre la llegada del Cristo Jesús Nazareno a Atalaya, pero según algunos escritos y personas que por años han vivido en este lugar, la imagen fue encontrada en una comunidad cercana a la quebrada conocida como Ostia.
Fue un grupo de personas que dio con el hallazgo en los momentos en que había serios problemas entre los habitantes, y con la novedad del encuentro del Cristo, las cosas se fueron calmando. Allí fueron a venerarlo y a orar, y todo fue entrando en una feliz calma.
La historia también cuenta que la imagen de Jesús Nazareno de Atalaya apareció en 1, 730 en una humilde chocita de ese distrito. Desde ese entonces, ya había una gran devoción por Cristo que salvó al pueblo, según algunas personas, de haberse dado una rebelión en que se supone habría un encuentro entre españoles y parte de la comunidad.
Con el hallazgo de la imagen de Jesús Nazareno, la devoción y creencia se fue expandiendo y algunas personas que se enteraron de lo ocurrido, empezaron a llegar desde Montijo, Las Palmas, La Villa de Los Santos, Las Tablas, Natá de Los Caballeros y de otras partes del país, quienes se orientaron con los días de Cuaresma de cada año.
CAMINA CON FE
La peregrinación ha ido en aumento con los años, a tal grado que desde el lunes de Carnaval muchas personas empiezan a visitarlo y a quedarse hasta hoy (domingo de Cuaresma), cuando se hace la romería por las principales calles de Atalaya.
El Padre Juan José Cánovas, en 1923, inició la construcción de la actual Basílica Menor de Atalaya, trabajos que fueron terminados en 1925, mejorándose otras partes de la estructura de la iglesia.
PENURIAS
Producto de la cantidad de personas que llegan con una semana anticipación hasta la romería, se ha generado deficiencia en el suministro de agua, de alimentos, luz eléctrica, letrinación, hospedaje, transporte, seguridad y poco espacio para los buhoneros.
El suministro de agua potable es un elemento importante que cada año se ha tratado de superar, para dar a los peregrinos y habitantes, sin embargo, aunque se hizo un proyecto de interconexión, fue poco lo que ayudó porque no hay suficiente capacidad de la potabilizadora de Santiago, para abastecer a Atalaya.
INGRESOS
Dos días antes de la romería, el servicio de transporte de Atalaya alquila buses de otras rutas para poder transportar a los peregrinos
hacia la Terminal y otros lugares, dejando un buen ingreso según transportistas.
Celestino González, alcalde de Atalaya, informó que el municipio recibe un ingreso anual de las actividades de la Cuaresma de cerca de 9 mil 500 balboas, que se utilizan en obras comunitarias que se quedan en el pueblo.
Una de las particularidades que se vive en Atalaya es que unas 100 personas aprovechan esta fiesta religiosa para obtener algo de ganancias, aunque algunos aseguran que no es mucha.
A pocos metros para llegar al templo, en la calle principal, el murmullo de las voces se hace más fuerte. Son los vendedores informales que intercambian palabras con los visitantes sobre los productos que ofrecen.
Desde agua embotellada hasta pequeñas imágenes del Cristo, es lo que se aprecia en una larga hilera. Sombreros, lentes oscuros, pañuelos y cutarras se pueden comprar.
Buena parte de estos vendedores son de Atalaya, aunque hay quienes se trasladan de lugares distantes para ganarse unos reales.
Don "Nica" es una de esas personas que hacen la travesía, para adorar al Cristo Nazareno, y a la vez, vender su oraciones y collares del Cristo.
Este vendedor recordó que a pesar de que con el paso de los años se ve más gente en Atalaya, las ventas no aumentan notablemente.
Procedente de la parte norte de la provincia de Veraguas, afirma que la situación económica se ha dificultado para todos y que por esta razón los feligreses no gastan.
POR LOS REALES
Estos buhoneros se apostan en la calle desde el lunes de Carnaval, otros sí lo hacen desde del viernes, dependiendo de la cantidad de mercancía que tengan y de dónde vienen.
A la alcaldía se le paga entre 10 y 11 balboas por puesto. El precio va de acuerdo con el tamaño del espacio.
De igual forma, la Parroquia de Atalaya le aporta al municipio dinero por el uso de varias instalaciones municipales, entre ellas el parque.
Hoy, una vez concluye la misa y la procesión, se destina un personal, que recibe un pago, para que limpie todas las áreas usadas en la fiesta religiosa.
Otros que aprovechan son los residentes próximos a la iglesia, quienes alquilan sus patios para estacionamientos. La gente paga hasta dos balboas por automóvil.
NO SE QUISO IR
Se conoce de otras historias que indican que muchos años después del hallazgo del Cristo Jesús Nazareno en una comunidad de Atalaya, un grupo de personas intentó llevarse el Cristo para Santiago, aun con la oposición de la comunidad. Sin embargo, no fue posible por el mal tiempo que se dio. Las lluvias no pararon hasta que se desistió de esa idea.