Una caminata vespertina en el parque Omar dejó en evidencia el deterioro en que se encuentran parte de las instalaciones. Mientras tanto, los niños, de manera inocente, continúan jugando y arriesgándose a sufrir un accidente. La razón salta a la vista. Muchos de los juegos están dañados y ni hablar de los sanitarios que están cerca del área. Lo peor es que, obligatoriamente, los pequeños tienen que ver el espectáculo de excretas y soportar los malos olores que de allí emanan.
Durante un recorrido en el centro recreativo, DIAaDIA se acercó un trabajador del lugar, que prefirió no dar su nombre. Él advirtió que todas las lámparas tienen corriente eléctrica después de las 6: 00 p.m y que ninguna posee bombillos, lo que representa un peligro para el menor que introduzca su dedo en la roseta.
Mariela Chen, coordinadora de las Obras Cívicas del Parque Omar, explicó que las personas no cuidan y que esas lámparas se han reparado en tres ocasiones. No obstante, los niños seguirán jugando allí.
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