Se empató, pero no hay nada que celebrar. Panamá tuvo un debut gris en la Copa de Naciones de la UNCAF, donde sacó un empate 1-1 ante Honduras, gracias a un solo personaje: Carlos Rivera, el hoy bautizado "San Carlitos".
Y es que fue un partido para olvidar. Los que vestían "la roja" iniciaron jugando nerviosos. La defensa lucía insegura. Anthony "Chalate" Torres no jugó y su lugar lo ocupó Ubaldo "Tito" Guardia. En la salida regalaban la pelota y eso lo aprovecharon los hondureños al minuto 25.
Fue una jugada infantil. En un ataque de los hondureños por la derecha, al defensa panameño Joel Solanilla lo sacaron en pared y Maynor Figueroa llegó hasta el borde del área, centró y Guardia, al querer despejarla, la metió al fondo de las redes.
Aunque parezca increíble, esta jugada, en vez de hacer despertar a Panamá, los puso aún más nerviosos. Y es que los panameños trataban de llegar al pelotazo facilitando el trabajo del gigante defensor hondureño, Víctor Bernández, que controlaba bien a Anel Canales y a Luis "El Matador" Tejada.
Guardia quedó nocaut con esa jugada desafortunada y no se entendía con Baloy en el eje central, por lo que el técnico Alexandre Guimaraes lo sacó y metió a Alberto Blanco, para retrasar a la defensa a Amílcar Henríquez.
La jugada más clara de gol de Panamá en el primer tiempo la tuvo Canales, cuando cabeceó solo en el área y la mandó afuera.
MILAGROSO EMPATE
El ataque de Panamá, en la segunda parte, no se hizo esperar. En una llegada clara de Ricardo "Patón" Phillips por izquierda, le puso el balón a los pies a Tejada, quien remató solo en el área, a las manos del portero.
Luego de esa jugada, Wilmer Velásquez tuvo dos ocasiones claras de gol a los minutos 60 y 66 de partido, pero lució errático en la definición.
Y como dice el dicho: "el que no los hace los ve hacer". La entrada de Reggie Arosemena por "Patón" Phillips, y de Gabriel Torres por Canales, le dio más velocidad y cambió el accionar del juego panameño, ante unos hondureños que se quedaron sin piernas a mediados del segundo tiempo.
La rapidez de los dos juveniles desbarató a la defensa hondureña, hasta que ante tanta insistencia llegó la recompensa. Una jugada a balón parado, cobró Rolando Escobar y cuando todos marcaban a Baloy y a Tejada, entró por el centro, como "Pedro por su casa", Carlos Rivera, para anotar de cabeza el gol del empate, al minuto 33.
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