Hola Moza: Le escribo porque no sé cómo superar el dolor que tengo. Yo soy una mujer de 29 años, que lleva cinco años de noviazgo con un joven al que he querido con todas mis fuerzas.
Yo he sido, para él, alfombra para que pise porque siempre lo he atendido. Cuando llega a mi casa, yo le cocino lo que le gusta. Si está enfermo, lo atiendo hasta que se sienta mejor, a veces me llama pidiéndome que le regale una tarjeta que tiene que hacer una llamada urgente, y por eso yo le compró una de cinco balboas, de las que triplican, y, sabe, a la única que no llama es a mí.
Yo soy siempre la que estoy pendiente de él, y por eso lo llamo. No entiendo por qué él se comporta de esa manera. Varias veces le he planteado que terminemos, y me dice que no, que me quiere, que le tenga paciencia, que su trabajo lo absorbe y que no es que no le importe. Yo no sé qué hacer porque siento tanta desilusión, que ni me provoca tener relaciones con él. A la vez me siento disgustada conmigo misma porque quisiera decirle tantas cosas, y cuando llega el momento, me quedo callada. Decepcionada de Penonomé
ESTIMADA AMIGA
Sé que te sientes que estás en una encrucijada, pero debes empezar a pensar en ti. Tú misma lo has dicho, te convertiste en su alfombra, y él se siente tan feliz en su zona de confort, por eso hace lo que quiere contigo.
Eso de las llamadas demuestra la poca consideración que tiene hacia tu persona. Creo que tienes problemas de autoestima, y él lo percibe, por eso se siente el rey de tu universo.
Yo no puedo decidir por ti, pero si tuviera en tu lugar, terminaría con él y buscaría a alguien que me aprecie. Debes dejar de dar la vida por los demás, porque si no, se repetirá la historia. Quiérete un poquito, verás que serás más atractiva y, por ende, atraerás a hombres menos abusivos.