Busca comprar los útiles de sus hijos. - Fotos: Melquiades Vasquez
La farsa y la diversión de los Carnavales también son aprovechadas por diversas personas que dependen de la economía informal para llevar el sustento a sus hogares.
Delia Castillo es una dama veragüense, quien le saca provecho a estos cuatro días de fiestas del pueblo o Carnavales al trabajar duro y ganarse la vida de manera honrada. Dijo que tiene como meta vender más de 5 mil chorizos parrilleros a la módica suma de 75 centavos, y obtener las ganancias para comprar los útiles y uniformes de sus hijos, que en los próximos días van a la escuela.
Por su parte, Juan Carlos Rojas, dedicado a la buhonería en Querévalo, distrito de Alanje, manifestó que este año ha sido bueno para los vendedores informales, porque han llegado más turistas al lugar, y sobre todo por la seguridad, que les permite cerrar en horas de la madrugada.