La creatividad es el último recurso de muchos panameños para poder sobrevivir. Por varios años, Adán Vivas trabajó para la cuadrilla de la antigua Dirección Municipal de Aseo (DIMA). Como a muchos otros, el desempleo tocó su puerta, la diferencia es que Adán supo enfrentar la adversidad. Entre un "camarón" y otro, descubrió que sus amigos taxistas cooperaban con él, así que en vez de brindarles a la fuerza algún servicio, decidió montar un puesto de venta de chichas, cerca de la piquera de Calle 1ª, Domingo Díaz.

De esta forma, siente que está ganando su dinero honradamente. Taxistas y buseros sedientos, que a diario transitan por este lugar, paran para tomarse una refrescante chicha de naranja o limón, preparada por Adán.

Aunque las ganancias no son tantas, Adán no se queja, pues lleva pocos días y conoce que para comenzar a ver dinero, hay que ponerle empeño a lo que se hace. En un futuro le gustaría ampliar vendiendo frutas o algún otro producto, dependiendo de la demanda.

"Lo hice, porque siempre he estado junto a los taxistas y veía que ellos cooperaban conmigo. De lunes a sábado, usted me verá aquí vendiendo mis chichas. A lo mejor más adelante, tenga alguna otra cosa", concluyó Adán.

EMPRENDEDOR

Luego de quedar desempleado, Adán no tuvo temor de trabajar: "Comprendí que ésta era la única forma de ganarme la vida".