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De banquero a buhonero
Los chocolates los vende a tres por 0.25 (Foto: ALEJANDRO MEJÍA / EPASA)

Jesús Simmons | DIAaDIA

Un buhonero muy cortés. Si de algo está claro Luis Bozo, de 43 años, es que tiene que bregar con la vergüenza y la responsabilidad a la hora de vender sus chocolates, papitas, doritos, con los que se gana el pan de sus hijos.

Este incansable buhonero siente que es así, porque antes de dedicarse a la venta de pastillas y chocolates trabajaba como jefe de oficial de cobros, oficial de crédito en reconocidos bancos del país.

La vergüenza más que todo se da cuando se encuentra con compañeros de los bancos, en donde trabajó, por muchos años y le preguntan qué hace vendiendo chocolates en los buses.

La responsabilidad, porque con este digno empleo se gana el sustento y el pan para sus hijos y su esposa.

Sin embargo, por su edad le gustaría tener un empleo, porque sabe que va para viejo y le costará mucho trabajo andar subiendo y bajando de los buses para poder vender sus productos.

Con este trabajo en un día bueno se hace unos B/40.00, pero aun así desea tener un negocio nuevo.

El éxito para que siempre le vaya muy bien se debe a la cortesía con que le llega a las personas a la hora de ofrecerle sus productos, siempre con una palabra de aliento.

El trabajo de Luis no es nada fácil, pues sale de su casa, ubicada en ubicada en Torrijos-Carter, a las 7:30 a.m. y regresa a las 10:30 p.m.

Esto se debe a que tiene que caminar muchas horas y largas distancias si quiere vender toda la mercancía. Lo que más le duele es que cuando sale de su casa sus hijos están dormidos y cuando regresa también están dormidos.

Por esta razón, se ha decidido no trabajar los domingos, porque ese día lo utiliza para pasar un rato ameno con sus hijos y su esposa.

PREGONES

Con pregones y palabras bonitas se gana a los clientes, quienes no dudan en comprarle sus chocolates.





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