Turistas de todo el mundo visitan diariamente el Casco Antiguo. (Foto: ARNOLDO ZEBALLO /EPASA)
Jesús Simmons
| DIAaDIA
Se siente la historia. El Casco Antiguo se ha convertido en una parada obligatoria para los miles de turistas que a diario llegan al Istmo. Este conjunto monumental, ubicado en el barrio de San Felipe, seduce a los visitantes con sus calles angostas y viviendas de tres plantas con hermosos balcones llenos de flores.
Teófilo Jolley, quien tiene nueve años como guía turístico en Pesantez Tour, explicó que lo que más admiran los turistas es ver tanta influencia europea en Centroamérica. Manifestó que a los turistas europeos eso es algo que les encanta, por eso se les ve muy emocionados tomándoles fotos a los vetustos edificios.
Las iglesias, con sus enormes campanarios y santos, la Plaza de Las Bóvedas y el calor humano de los residentes del populoso barrio hacen que los turistas vean en San Felipe un lugar hermoso para ser fotografiado.
Ni hablar del contacto directo con el mar, y el poder observar desde la vieja ciudad -a lo lejos- cómo se erige una moderna y pujante ciudad, con sus enormes rascacielos.
De acuerdo con Jolley, tal vez los panameños, por estar en contacto directo con estos vestigios, no vean en el Casco Antiguo una hermosa ciudad que, a través de los años, cuenta una historia. No obstante, esas remembranzas seguirán enamorando y despertando la curiosidad de todos los turistas que lleguen a Panamá.