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Víctimas de las lacrimógenas
La pequeña Camila pasó más de hora y media en observación de los médicos. Su condición es estable. (Foto: Josué Joel Arosemena / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

Vivieron momentos de terror y de eso dan testimonio los residentes del edificio Tuira, ubicado en la vía Ricardo J. Alfaro (Tumba Muerto). Ellos, debido a los disturbios que protagonizaron policías y obreros de los proyectos en Condado del Rey, se vieron afectados por los gases lacrimógenos. Tal es el caso de Julien, una madre que estaba con su bebé de tres meses en el cuarto piso y hasta allá llegaron los efectos de las bombas.

"Se me va a morir mi niña", decía Julien, pues no podía ver ni atender a su bebé Camila. Dijo que su niña estaba irritada y tenía problemas para respirar. No fue hasta que apareció su vecina Sandra y le ayudó a bajar del edificio y correr hacia la Policlínica de Betania. Allí, la doctora que la atendió le aplicó un tratamiento para limpiar las vías pulmonares y su rostro. Luego, pasó varias horas en observación y fue enviada a casa.

La galena recomendó que a los niños afectados por las lacrimógenas hay que limpiarlos con una toalla húmeda y con poco vinagre. Pidió que una vez se sale del área afectada se debe bañar y cambiar de ropa.

En este mismo edificio, pero en el segundo piso, dos menores que cuidan de una señora de 76 años, tuvieron el susto de su vida, pero como la ventana de su cuarto estaban cerrada, no pasó a mayores.

QUEMA

Los antimotines lograron replegar a los obreros. Hasta prendieron un herbazal con una de las bombas.





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