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Kárcamo sale a todos los lugares de Panamá maquillado.

Foto: Cortesia

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    Kárcamo sale a todos los lugares de Panamá maquillado.

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    Ambos disfrutan de los videojuegos. Foto: Anayansi Gamez

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    Iremar y Kárcamo gozan su relación. Foto: Anayansi Gamez

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    El precio de besar a Kárcamo. Foto: Anayansi Gamez

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    Iremar y Kárcamo quieren llevar su relación ante los ojos de Dios. Foto: Cortesía

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    Iremar se deleita al maquillar a Kárcamo.

    Foto: Anayansi Gamez

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    Kárcamo presume sus músculos y sus videojuegos.

    Foto: Anayansi Gamez

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    Iremar, su fanática número uno.

    Foto: Cortesia

Enyoline Barría - DIAaDIA

Dedica de 20 a 25 minutos diarios a darle vida a Kárcamo, el famoso luchador de la LXN (Lucha Extrema Nacional).

Parece ser un trabajo divertido, sin embargo, para cualquier persona podría tornarse tedioso. Pero no para Iremar Knight, la única fémina en el mundo capaz de enternecer el feroz carácter de “El Forjador del Dolor”.

Iremar, pareja sentimental del popular Kárcamo, no solo lo prepara con cariño, también hace de fotógrafa cuando salen a la calle para que los fanáticos del luchador puedan llevarse una imagen junto a su ídolo, todo esto sin poner mala cara, al contrario, hasta parece disfrutarlo, aunque sí reconoce que en alguna ocasión ha llegado a sentir celos cuando algunas admiradoras se sobrepasan.

“No me molesta que algunas chicas lo deseen, pero existe un límite. Cuando son fanáticas inocentes, pienso: ‘todo eso es mío’ (risas), pero sí he visto algunas que lo quieren estar tocando, eso sí me pone celosa y molesta. Yo no le hago escenas de celos cuando pasa ese tipo de cosas, pero le hago saber que estoy enojada cuando estamos solos y le digo: ‘cuídate de tus propias fanáticas’”.

Del negro al blanco

Kárcamo e Iremar viven un amor diferente al de los demás, una historia de cuentos y, aunque parezca increíble, detrás de la temible imagen que ostenta Kárcamo hay un hombre detallista, amable y cariñoso que solo conoce y disfruta Iremar.

“Kárcamo es exactamente lo que espero. Soy una persona muy melosa, a mí me encanta que él me diga cuánto me ama, que me dé besitos, abrazos y que me mime, y lo mejor de todo es que él no se cansa de hacerlo. A pesar de su apariencia, Kárcamo es un algodón de azúcar conmigo. Cuando no compartimos un día siento que me falta algo”, contó Iremar, quien agregó que el lema de ambos es: “Dos contra el mundo”.

Curiosamente, esta no es una historia de amor a primera vista, ya que Kárcamo no era el tipo de hombre en el que Iremar se hubiera fijado ni ella la mujer que miraría el luchador.

“Kárcamo no era mi tipo de hombre. A mí me gustaban los muchachos con bastante cabello, algo bronceados, de mi estatura, y no me atraían los chicos musculosos. Y Kárcamo es todo lo opuesto”, confesó Iremar.

“A mí me gustaban blancas, ‘fulitas’, con bastante busto, pero ya no me gustan así, ahora me gustan pelinegras”, intervino Kárcamo, mientras era maquillado por la mujer que ha robado su corazón.

Al igual que las esposas de los boxeadores, Iremar siente preocupación al ver a su pareja recibiendo golpes, pero la confianza que le tiene a su novio hace que se sienta segura cuando este sube al “ring” para dar un espectáculo de categoría extrema.

“Sé que Kárcamo está preparado para todo tipo de combate, confío en sus entrenamientos y resistencia. Él sabe cuidarse dentro del 'ring'. Obviamente me desespero cuando le están haciendo algo muy feo, cuando sangra demasiado o tiene una cortada profunda, pero confío en él”, relató la joven, quien segundos más tarde explicó: “Siempre he respetado que mi novio tenga dos vidas. Nunca me he metido con su personaje”.

Fin de la relación

Como nada en esta tierra es perfecto, Iremar y Kárcamo han tenido sus diferencias, a tal punto que una vez la relación llegó a su fin.

“Dejé a Kárcamo en el año 2010 en el evento Noviembre Nuclear, en el cual su combate era contra Panamá Jack Daniels. Ese día me tocó estar ahí. Él sangró tanto ese día porque se cortó con focos fluorescentes. A él le hicieron una ‘suplex’ desde un aro de baloncesto y eso me dolió. En ese momento pensé: ‘a él no le importa cuidarse para mí, para tener una vida larga, que estemos sanos’, y por eso me molesté tanto”, comentó Iremar, mientras agarraba las manos de su amado. “Llegamos al hospital, él estaba perdiendo mucha sangre y lo estaban cosiendo a piel viva. A mí me dio igual, no lloré, fui muy fría ese día, estaba muy molesta y decidí terminar la relación”, explicó.

La relación había llegado a su fin. Sin embargo, Kárcamo no se dio por vencido y apareció en el Parque Omar, donde se encontraba Iremar, con unos regalos y la palabra “lo siento” en sus labios con tal de recibir una segunda oportunidad.

Como era más fuerte el amor, Iremar cayó rendida a los brazos de “El Forjador del Dolor”.

Futuro

Iremar, de 22 años, y Kárcamo, de 30, esperan poder construir su futuro próximamente. Ambos desean tener cuatro hijos y formar una familia unida, que tenga entre sus pilares la disciplina, el respeto y el amor.

Hoy, en la celebración del Día de San Valentín, Kárcamo e Iremar son el vivo ejemplo en Panamá de que no hay obstáculo en la vida que el amor no pueda vencer.

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