Detalles que no pueden faltar

Trabajo arduo detrás del amor. Concentrada, pero siempre diciendo algún chiste estaba la señora Esperanza Gómez, quien en compañía de sus tres hijos y esposo confeccionan las tan buscadas decoraciones para el Día de San Valentín, que se conmemora hoy 14 de febrero.

Hace ocho años, la familia de Esperanza creó la floristería y decoraciones “Babaji”, ubicado en La Cresta, que es un negocio familiar porque cada uno tiene una asignación.

Ellos llevan una semana trabajando de 8:00 a.m hasta las 8:00 p.m, preparándose para la festividad más esperada de los enamorados, pues deben comprar, un mes antes, peluches, tarjetas y globos, pero las rosas las consiguen frescas, porque sino, corren el riego de que se les dañen.

“El amor hay que cultivarlo, es como una flor si no se riega se muere”, destacó la microempresaria Gómez, quien se caracteriza en ser una mujer alegre.

Cada 14 de febrero, Eugenio Ortega, acude como de costumbre al local “Babaji”, para realizar su pedido, el cual le regalará a su amada esposa que ha compartido con él 12 años. Para este hombre, los detalles son importantes para que el amor no se extinga.

Los arreglos incluyen peluches, chocolates, rosas rojas y tarjetas cuyos precios van de 25 dólares hacia adelante, para esta familia no hay mejor satisfacción que ver a sus clientes felices.