Sin lugar a dudas, la mayoría de las mujeres los adoran, ya que hacen que las piernas se vean más largas y bonitas; añaden centímetros a la estatura; son un símbolo de feminidad y elegancia; pues sí, les hablo de los tacones.

Sí señoras, pero también es cierto que son una tortura si se usan por largo tiempo, especialmente si son angostos en la punta. A los tacones altos, se les acusa de producir dolencia y deformar los pies. Veamos algunas acusaciones: Al usar tacones, el cuerpo se inclina hacia adelante, y para compensar la inclinación, produce tensión en los músculos de la espalda para poder caminar derecho, por lo que se altera el balance natural de la espina dorsal. Además, los dedos de los pies se aprietan y esta presión causa, desde callos y malestares, hasta problemas con los huesos.

Si se usan por periodos prolongados, los daños en la estructura ósea pueden ser permanentes, úselos moderadamente.