Rafael Arevalo del salvador. (Foto: Mario Lara / EPASA)
Mario Lara
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El premio queda en centroamérica.
El Panamá Open 2009, torneo que congrega a tenistas profesionales que buscan ganar puntos para subir en la clasificación internacional entre las posiciones 300 y 1000, terminó ayer con una final de primera clase.
Con un lleno repleto, el Centro de Alto Rendimiento de Fred Maduro fue el escenario de la mejor acción del tenis internacional.
Por un lado, Rafael Arevalo, destacado tenista salvadoreño que se midió una vez al considerado uno de los mejores tenistas de la historia, Roger Federer, pisaba la arcilla con la condición de favorito y una barra salvadoreña que le regalaba todos los ánimos.
En el otro lado de la cancha un italiano planeaba tumbar al favorito. Claudio Grossi, quién había venido muy bien a lo largo del torneo, se encontró con una muralla que lo derribó en solo una hora y cincuenta minutos.
Bajo un dominio total, Arevalo dejó en la pizarra un marcador final 7-5, 6-2 para dejar el premio en Centroamérica."El clima una de las cosas más difíciles. Pero el torneo, en general, estuvo muy genial" aseguró el campeón una vez alzara la condecoración que lo nombraba como la máxima raqueta del torneo.
BOLSA
En esta cuarta edición del Panamá Open, el torneo repartió a la raqueta ganadora una bolsa de 10 mil dólares..