Se sienten cómodos con sus amigos porque comparten intereses e inquietudes.
Rosalina Orocú Mojica
| DIAaDIA
Llegar a la adolescencia y comenzar a cuestionarse ¿quién soy? ¿qué se espera de mí? ¿qué le está pasando a mi cuerpo? ¿por qué no me puedo vestir y comportar como quiero? y otras preguntas similares es común a esa edad.
La llegada a la adolescencia implica cambios en muchos planos, en el aspecto físico, en la relación de padres e hijos y con las otras personas.
Los psicólogos nos dicen que los padres, en vez de ser empáticos con sus hijos en la adolescencia, practican el duelo, quieren seguir controlando a los hijos, se dedican a juzgarlos, criticarlos, señalarlos y hasta estigmatizarlos.
También los comparan con otros, craso error. Negociar es algo que tienen que aprender los padres, enfrentárseles, a veces funciona, otras no. Más bien lo aconsejable es establecer reglas fijas y hacerlas cumplir. Disciplina con amor siempre funciona.
Eso sí, para ellos tienen que ser ejemplares y haberse ganado el respeto de sus hijos.
SUGERENCIAS
El padre debe ponerse en el lugar del hijo que atraviesa por una serie de crisis de identidad.
No burlarse de él porque está como barco sin brújula.
No pretender que el hijo se parezca a él.
Comprender que crecimos en otros tiempos, que el mundo ha cambiado, que las influencias externas a las que está expuesto son otras. Hay que ser apoyo real de él, no falsos padres, no pretender que él nos entienda, entenderlo nosotros, propiciar el diálogo auténtico, escucharlo, de lo contrario, él buscará apoyo y modelos fuera del hogar y no siempre con las personas adecuadas y que piensan en su bienestar.
El aspecto sexual pesa mucho para el adolescente, para ser aceptados por sus iguales, por eso hay que hacerle énfasis en que sólo tenga relaciones sexuales cuando esté preparado y que mida la consecuencia de sus actos, que se proteja, del VIH, de un embarazo precoz no deseado y las ETS (enfermedades de transmisión sexual) están acechándolo en tantos escenarios de riesgo que hay hoy día.
En resumen, ella mencionó entre las crisis que sufre el adolescente, las de identidad física, identidad emocional, tiempo (temporalidad), espiritualidad, sexual (por lo de la identidad), en cuanto a criterios, de juicios.
Grandes dosis de tolerancia, diálogo, negociación y paciencia se requieren para acompañarlo en esa transición, en esa etapa tan difícil y crucial de su vida.
La información viene de afuera y no de adentro de la casa.