
María era muy alegre.
María era muy alegre.
El crimen de María Honoria Cárdenas, de 68 años, sorprendió a la pacífica comunidad de Nuevo Tonosí, distrito de Portobelo en Colón.
El cuerpo de la mujer, oriunda de la provincia de Los Santos, estaba tirado sobre un charco de sangre en su humilde vivienda número 62. Fue su hijo Manuel Esteban González, de 34 años, quien dio aviso a los vecinos y luego a la Policía Nacional sobre el macabro hallazgo, a eso de las 7:00 a.m. de ayer.
Los vecinos de Nuevo Tonosí, en su mayoría gente del interior, acudieron de inmediato para apoyar a la familia de María Honoria, a quien todos conocían como “Noris”.
“Solo ayer la vi porque me estaba cobrando los chances que me había vendido”, dijo una de las vecinas, quien recordó que la víctima estuvo caminando todo el día para recoger lo que le debían.
Al sitio se presentaron los funcionarios de Criminalística, de la DIP de la PN y el Ministerio Público para investigar los hechos.
Una fuente ligada a la investigación dijo que la mujer tenía traumas craneoencefálicos, aparentemente fue golpeada de forma salvaje. Se presume que quien entró a la casa, lo hizo con intenciones de robar el dinero de la venta de chances clandestinos.
Todos recordaron a esta mujer como alegre, ella era quien animaba las fiestas con salomas y décimas.