Sus caras denotaban alegría, y no era para menos. Ocho familias que pasaron viviendo en casas deplorables por varias décadas, vieron sus sueños hechos realidad ayer al notificarles, oficialmente, que serían los copropietarios de la Casa Rosada en San Felipe.

Los trabajos de remodelación de este inmueble, que estaba en completo deterioro, fueron hechos por más de una docena de internos de la cárcel El Renacer, funcionarios del Ministerio de Vivienda y otras instituciones que forman parte del plan "Revive el Casco".

Ante de la entrega oficial, hubo presentaciones de bailes de antaño, y hasta el interno José Lartiga cantó boleros, actos que dieron a esta actividad un toque muy ameno.