Marisol fue enterrada en el cementerio de Corozal, donde también yacen los restos de su hermana. Su hermano estaba desconsolado. (Foto: Adriano Duff / EPASA)
Kathyria Caicedo
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Detrás de una persona, siempre hay una historia con diferentes personajes. Por lo menos, en el caso de Marisol Del Carmen Herbert, quien falleció el lunes atropellada por un bus de Don Bosco (placa 8B-1411), en la entrada de Concepción en Juan Díaz, está su madre, su hija, su sobrino y su hermano.
Ella era sostén de su casa, ubicada en Paraíso, San Miguelito. En su pequeño cuarto está la nevera, la estufa y las dos camas. Fungía como vendedora de Telemercadeo residencial de Sitel, donde llevaba laborando un año y dos meses.
NUNCA SE ESTA PREPARADO
Esta joven, que tenía unos siete meses de embarazo, deja huérfana a una niña de cinco años, pero la otra parte triste de esta historia es que Marisol es la segunda hija que pierde Gloria Herbert. Hace dos años murió su otra hija, quien dejó también a un niño. Desde entonces Marisol se encargó de él. Ahora sólo le queda un hijo, el varón, quien durante el último adiós, hizo notar su dolor.
LA DESPEDIDA
Ayer, en la iglesia Cristo Redentor, se realizaron las honras fúnebres de Marisol, en una ceremonia llena familiares y de muchos amigos, como Yomaira Zapata, con quien “Mari” siempre iba al trabajo, ya que además de vivir cerca, eran compañeras. Yomaira describió a Marisol como una mujer echá pa’lante, siempre dispuesta a ayudar y muy segura de sí misma.
En el sepelio, aún convaleciente tras el atropello, estaba Duaney Mejía, pareja de Marisol y padre del niño que esperaba.
Esa noche, Marisol se disponía a regresar a su casa, luego de visitar a su novio, cuando fue impactada por el diablo rojo.
LUCHADORA
En el trabajo, Marisol era muy aguerrida, siempre “luchaba” y “peleaba” por lograr sus ventas.