A cien años de la fiesta del dios Momo a muchas personas les dio tristeza ver lo poco concurrida y animada que estaba la ruta del Carnaval en la Vía España, contrario a años anteriores.

Quien se animó a pasar un buen día junto a su familia fue la señora Argüelles, que adujo que la seguridad del lugar es buena, pero la animación estuvo aburrida. Ella vino desde San Miguelito con sus hijos, su mamá, su hermana y sobrinos a pasar un rato agradable en los culecos, pero no le gustó.

Muy por el contrario, Pamela Bermúdez viajó junto a sus dos hijos desde Nueva York, Estados Unidos, para disfrutar de la fiesta. Ella comentó que le pareció bonito y las personas se están comportando bien que es los que más le interesa. "La diversión la ponen las propias personas quienes se sienten con ganas de divertirse. Me preparé desde hace meses y pretendo quedarme dos semanas hospedada en Brisas del Golf", dijo Bermúdez. Mientras que sus dos hijos cantaban y bailaban la música, ellos afirmaron que lo importante era disfrutar de su estadía en Panamá.

Fue a las 10:00 a.m., de ayer cuando dieron inicio los culecos. Para entrar a la ruta del Carnaval había ocho entradas en donde las unidades de la Policía Nacional revisaban de arriba a abajo a los rumberos, adentro de la boca y entre la piernas para evitar que las personas ingresaran a la festividad con arma de fuego y objetos punzocortante.

A la vez que le solicitaban la cédula a las personas para verificar que no tuvieran caso pendiente con las autoridades por algún caso pendiente.

Virgilio Lezcano, mayor de la Policía Nacional, adujo que ayer lograron detener a una persona que era requerida por la justicia desde 1990.

Fue a las 12:00 p.m., cuando se empezaron a formar las largas filas para entrar a los culecos. Las personas bailaban al ritmo de la música, a pesar de que algunos se quejaban de la animación.

Minutos después salieron las reinas del culeco quienes iban en un anda remolcado por varios varones. Atrás de ellas iba la murga que le ponía alegría al paseo de las reinas que iban desde la Iglesia del Carmen hasta los culecos en la Vía Brasil. Pese a que ambas estaban muy animadas, no había casi público que las acogiera.

En tanto, Carlos Arias, presidente de la Junta del Carnaval Centenario, llegó a la 1:00 p.m., reído de oreja a oreja. Él calificó los tres días de Carnaval como exitosos para ser la primera experiencia. Aprovechó el momento para aclarar el incidente del domingo donde fue detenido porque menores de edad estaban ingiriendo licor en un local de diversión nocturna. "Lo que ocurrió el domingo es que adultos compraron cintillos para entrar al local y después se lo dieron a los menores de edad". Aclaró que el local era para recaudar fondo para pagar gastos del Carnaval. Al final las personas que estaban en la mojadera quedaron llorando de las bombas lacrimógenas que tiró la Policía para retirar a las personas del culecódromo.