
Quieren dejar en alto la cocina panameña.
Quieren dejar en alto la cocina panameña.
Delicias de allá ‘onde uno. Eso es lo que hace Rigo Burgos, un mecánico de aviones que al quedar desempleado montó un negocio de comida. Con la liquidación que recibió y un dinero que tenía ahorrado, inició esta aventura. Pero este talentoso microempresario no lo hace solo, pues con él trabaja su hermano Luis Burgos. Además, Isaac Romero, Gabriel Abad y Jesús Abad, todos familiares.
Preocupados al escuchar a los turistas que la comida de Panamá era mala, se dispusieron a cambiar ese sentir, por eso pusieron un negocio de venta de comida típica panameña.
Su negocio lo llamaron “Del Campo” porque preparan desayunos típicos como hojaldres, tortillas, empanadas, bofe y bistec encebollado.
Dos meses llevan de haber empezado el negocio y no tienen queja porque les está yendo muy bien, aunque reconocieron que el trabajo es bastante sacrificado.
La meta de estos talentosos jóvenes es especializarse en desayunos típicos, para luego incursionar en los almuerzos y en un futuro abarcar la preparación de más platos de la cocina panameña.
Al ver los resultados que están teniendo, saben que su esfuerzo de levantarse a las 2:45 a.m. vale la pena. Lo mejor es que son sus propios jefes y que más adelante sus familias podrían estar mejor económicamente.
Burgos reconoció que en la medida que vayan creciendo harán muchas más cosas para levantar la comida del campo, la que consideran muy sabrosa y saludable.
Fieles a su concepto, están trabajando en su imagen, por eso sus uniformes serán vestimentas típicas; por el momento utilizan el sombrero pinta’o a la pedrá.