
Así luce el río Chiriquí Viejo, en otrora uno de los más caudalosos del país.
Fotos: Karol De Gracia
Así luce el río Chiriquí Viejo, en otrora uno de los más caudalosos del país.
Fotos: Karol De Gracia
Con la explosión demográfica y la actividad agroindustrial en Chiriquí, cada día se ocupa más terreno en la construcción de viviendas, puentes y carreteras, por lo que se ha procedido a deforestar los bosques en diferentes lugares de la provincia, incluyendo los ríos y quebradas.
Pero cada vez aumenta más la preocupación por el río Chiriquí Viejo, en otrora uno de los más caudalosos de todo el país y por años el principal aporte de desarrollo para los distritos de Bugaba, Renacimiento y Barú, ya que ha generado riquezas y prosperidad a toda la región por donde pasa.
Según Ezequiel Miranda, ambientalista de la Asociación para la Conservación de la Biosfera en Chiriquí, la disminución de bosques primarios, la gran cantidad de proyectos hidroeléctricos y el cambio climático han incidido negativamente en el río Chiriquí Viejo.
No obstante, Eleyda Palma, jefa de Protección Ambiental de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam) en Chiriquí, manifestó que la disminución del caudal en el río no se debe a la existencia de hidroeléctricas, pero que el cambio climático podría incidir debido a que no llueve. Considera que el río se está contaminando por pesticidas. Siempre en la parte agrícola de tierras altas (Cerro Punta y Volcán), donde nace esta cuenca, se dan grandes producciones, y al utilizar agroquímicos las partículas de estos viajan al agua por las lluvias y en algún momento puede llegar a contaminarse. El asunto está en la tolerancia que tiene el mismo río y el caudal lavándose para que esa contaminación no sea tan severa.
La experta recomienda que en vista de que la disminución de caudal del río es muy drástica habrá que tomar medidas importantes para poder hacerle frente a esa situación, pero tendrá que ser con la participación de los diferentes sectores de la provincia.
Otra conocedora del tema, Damaris Sánchez, ambientalista de la Anam en Chiriquí, reconoció que realmente no se está haciendo mucho por el mencionado río. En el área de Cerro Punta, donde inicia la cuenca, hay situaciones de riesgo que quedaron sin atender desde el 2008. Se siguen dando grandes deslizamientos y derrumbes con material vegetal.
Sobre los trabajos que requiere que se le haga al río, Roberto Lezcano, director del Ministerio de Obras Púbicas (MOP) en Chiriquí, dijo a Panamá América que la institución ha realizado labores de dragado con anterioridad, pero que se está a la espera de la aprobación del plan de dragado a nivel de toda la provincia para empezar con esas labores en 2013.
Tomás Guerra, productor ganadero en Progreso, señaló que este problema se origina hace más de diez años, con la construcción de las hidroeléctricas, lo cual ha influido el nivel de agua en la cuenca: la ribera de los ríos se ha secado. No hay camarones ni pescados, la muerte de animales ha aumentado, la fertilidad en los mismos ha disminuido.
Más de 85 productores en esta comunidad se encuentran en peligro ante esta situación.
Otilio Martínez, productor agrícola en el corregimiento de Baco, indicó que el caudal del río ha disminuido en un gran porcentaje, por lo que es difícil poder suministrar agua a las diferentes siembras. Agregó que esta situación es preocupante para ellos, porque está en riesgo la comida de sus hijos y del país en general; y si a esto se le suma los trabajos que comenzó la planta extractora Ciba en este corregimiento, el río podría desaparecer.
Belquis Montenegro, moradora en la barriada Don Pinto, en Paso Canoas Abajo, en Progreso, manifestó que todo el día bota agua hedionda. Informó que su hijo tuvo más de quince días enfermo con vómito, diarrea y fiebre, y en toda la comunidad 15 menores presentaron este cuadro clínico.
Jeovani Mora, jefe encargado de Gestión Integrada de Cuencas de la Anam en Chiriquí, dijo que la solución radica en la conciencia que tenga cada persona vinculada a los recursos, tales como: agua, suelo o en el área forestal. Aseveró que de nada sirve que la institución brinde capacitaciones si se siguen utilizando agroquímicos y tirando basura en el río Chiriquí Viejo. "Estamos realizando diferentes capacitaciones anuales a los niños en las escuelas para enseñarles a conservar el ambiente y así se conviertan en agentes de cambio".
Recomendaciones de expertos
El ambientalista Ezequiel Miranda manifestó que todos los municipios deben hacer un ordenamiento territorial y un inventario del ecosistema humano, terrestre, e hidrológico, para realizar una cuantificación en materia hidrológica en este río, lo cual daría como resultado que no quepa una hidroeléctrica más. "Si hay que desbaratar algunas mediante un inventario científico, que se realice", añadió.
Para Eleyda Palma, necesariamente todas las partes deberán trabajar en conjunto, porque de nada sirve que la Anam brinde capacitaciones y tenga su plan de prevención si todos hacen lo que les da la gana.
Damaris Sánchez sugiere mantener áreas de cobertura en la orilla de las crecientes del río Chiriquí Viejo para el establecimiento de la conservación del suelo, para que así disminuya la erosión del mismo en tierras altas. También, que todas las empresas que están instaladas realicen planes de gestiones ante las eventualidades que se puedan presentar.