Randy Johnson encajó perfectamente con su nuevo equipo en el primer día de la pretemporada con los Yanquis de Nueva York.
La cabeza del espigado lanzador, apenas cupo dentro del techo de la caseta y por poco evitó golpearse con el reloj que cuelga a la entrada de la caseta.
Después de haberse extraviado de camino hacia el Legends Field, se reunió con muchos de sus nuevos compañeros y ofreció una conferencia de prensa.
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