Panamá reafirmó ayer su compromiso de reducir sus emisiones de gases de efectos invernaderos.
Según Ligia Castro de Doens, directora de la Autoridad Nacional del Ambiente, muchos pensaban que no había cambios climáticos, y a su juicio sólo se puede parar la velocidad que lleva este proceso de cambios bruscos, cambiando nosotros la sociedad humana y dando un giro a la relación con la naturaleza.
Es por eso que la República de Panamá celebró, al igual que muchos países del planeta, la puesta en vigor del Protocolo de Kyoto, en conjunto con organismos internacionales, entes privados y organizaciones no gubernamentales.
El Protocolo de Kyoto es un proyecto que pretende minimizar la emisión de gases de efecto invernadero. Fue ratificado por 141 países, entre ellos 30 de los más industrializados, los cuales están obligados a reducir en un 5.2% la emisión de gases dañinos al medio ambiente. El cambio del uso de la tierra, la energía que involucra todo lo que es transporte y la quema de combustible fósil para la producción de energía y la disposición de basura a cielo abierto, son los fenómenos que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero.
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