Carita de bondad. A pesar de su precaria situación económica y un hijo con retardo mental, Vilma Ornano recogió en su humilde residencia, a una anciana de 72 años, con quien comparte lo poco que puede conseguir para sobrevivir.
Vilma es una humilde mujer que vive, con su hijo Jesús, en una casa condenada, ubicada en la Calle B, en Santa Ana, próxima al complejo deportivo Plaza Amador.
Vilma dice que hay días en que no tiene ni para comer, que acude al comedor municipal de Santa Ana o le pide a una vecina.
La estufa y la televisión se las prestó un joven que está de vacaciones, por lo que debe devolverlos cuando él regrese.
Esta humilde mujer es ejemplo de solidaridad humana, ya que sin tener nada, desde hace 5 meses se hizo cargo de una anciana que quedó desamparada.
Se siente muy contenta, porque la abuelita junto a su hijo son su compañía, y dice que donde come uno, comen dos.
Entre las necesidades más apremiantes que tiene Vilma, están los medicamentos y los útiles escolares de Jesús; una estufa y un trabajo de lo que sea, pues según dice "el trabajo honra" y ella se siente capaz de hacer cualquier oficio, que le dé a ella la seguridad de poder mantener a Jesús y a la abuelita.
Entre otras cosas que les hacen falta, pide que le regalen una televisión para su hijo, porque esto la ayuda a entretenerlo para que no se vaya a la calle.
En cambio, Jesús pidió unas zapatillas, mucha ropa y, sobre todo, una pelota de fútbol, un bate y una bola de béisbol, pues es buen deportista, pero no tiene los implementos para practicar. Con la esperanza de que sus ruegos pronto serán escuchados por Dios y que la solución llegará, dejamos a Vilma corriendo detrás de Jesús, quien aprovechó que su madre conversaba para escaparse.
URGENCIA
Lo que más le urge a Vilma es poder conseguir los medicamentos para Jesús.
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