El hambre azota las zonas indígenas del país, donde los más vulnerables son los niños menores de 5 años, que suman un 20% de la población de infantes desnutridos.
En los distritos de Chiriquí Grande y Bocas del Toro, San Lorenzo, San Félix, Remedios y Tolé, Las Palmas y Cañazas, los niveles de desnutrición están entre el 55% y 72%.
Cifras alarmantes que fueron arrojadas en un taller sobre la población extremadamente pobre en Panamá, que realizó la OPS, MINSA y SENAPAN, donde destacaron que en dichos distritos la economía es de subsistencia, técnicas precarias de cultivo, mala tierra y los indígenas emigran a tierras altas de la provincia de Chiriquí o a las empresas bananeras. A criterio de los expertos, se requiere mayor voluntad para comprender que se tiene un serio problema en déficit nutricional.
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