Católicos de todas las edades acuden el Miércoles de Ceniza a la misa para recibir la imposición de la ceniza.
Odalis Orozco
| DIAaDIA
A meditar los errores. Así se inicia la Cuaresma para el cristiano o católico, que examina cada uno de sus pasos en el año transcurrido. Pero en Panamá, como en muchos países del mundo, antes del inicio de los cuarenta días de reflexión cristiana está la celebración de los Carnavales.
Según el padre Oscar Rodríguez, rector de la Basílica Menor Don Bosco, esta fiesta, "los Carnavales", representa para muchos el desenfreno y desbordamiento de pasiones no controladas que, al final, lo que dejan es un vacío.
"El Miércoles de Ceniza, vienen todos golpeándose el pecho después de las maldades que han hecho durante los días de Carnaval", dijo el padre; pero al final, lo que tienen es un vacío interno de Dios. Esto no es una actitud honesta de cristiano. Pues hay que saber conservarse, saber actuar con criterio cristiano en todo momento de su vida y no dejarse llevar por el mal. Los Carnavales son fiestas que se pueden disfrutar sanamente en familia y, además, en Panamá tienen muchas tradiciones, sólo que desvirtuamos el sentido de las fiestas con el desenfreno total y la violencia, y perdemos el camino a Dios.
Esta es una muestra de que muchos valores en la familia y el hogar se han caído.
El sacerdote, finalmente recalcó que en Panamá hay muchos jóvenes que siguen el camino del bien y dicen no al mal, y eso es importante porque no todo está perdido.
Además, agregó que en ese tiempo de Cuaresma existe una verdadera reflexión sobre las actuaciones pasadas, y que la familia debe reunirse para estrechar los lazos, que son necesarios para reafirmar los buenos valores y, de esta forma, acabar con la violencia.